domingo, 6 de septiembre de 2009

Sinfonía de una ciudad

Comentario a la película “Sinfonía de una gran ciudad ”, 1929.

Las imágenes se suceden con velocidad, no puedo dejar de recordar el momento histórico de su producción, el tiempo de las “entre guerras” y lo primero que hecho de menos es la ausencia total de seres humanos. La ciudad a la que se le ha compuesto esta sinfonía de imágenes y perfección técnico- cinematográfica, es una ciudad sin presencia del “alma humana”.

Es la composición y la narración escalofriante de una “ciudad maquina”, una ciudad impresionantemente exacta, precisa, efectiva. Todos y cada uno de los caminos están controlados por los sistemas y las maquinas.

La música aterroriza y el título de la ciudad de Berlín produce un frío de muerte. Esta “ciudad futurista” es la antesala de todo aquello que de inhumano se desarrollaría pocos años después. La llamo “ciudad futurista” porque responde precisamente a los objetivos plasmados por el Manifiesto futurista.

Es una ciudad donde los aristócratas intelectuales de vanguardia han desdeñado todos aquellos valores clásicos y tradicionales para subordinarlos al irracionalismo y a la exaltación de la tecnología erigiéndola como nuevo dios. Es la exaltación visual de la velocidad, de la lucha contra el pasado, la antesala de la guerra, “única higiene del mundo”

Ésta sinfonía es el canto “vibrante al fervor nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos.”(Manifiesto futurista)

A mi juicio, este documental sobre la vida cotidiana de Berlín es artísticamente innovador y bello, al igual que profundamente desgarrador, por la ausencia del verdadero valor de la ciudades: El ser humano.

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